
¿Y si el anuncio de salvataje financiero de EE.UU. no alcanza?
La semana pasada vimos un respiro: los anuncios de salvataje financiero de Estados Unidos a la Argentina trajeron calma, el dólar aflojó y el riesgo país se desplomó con fuerza. Sin embargo, la tranquilidad duró poco.
Esta semana el riesgo país volvió a subir, superando los 1100 puntos, y la pregunta es inevitable: ¿por qué pasó esto?
En primer lugar, porque no está del todo claro cómo será el apoyo financiero de Estados Unidos ni cuándo se concretaría. Para colmo, el propio secretario del Tesoro norteamericano dejó entrever que esa ayuda estaría atada a los resultados de las elecciones del 26 de octubre. Es decir: si al Gobierno le va mal en las urnas, esa ayuda podría no llegar.
Eso sería un golpe muy fuerte para el programa económico, que ya venía cuestionado y que solo pudo sostenerse gracias al anuncio de ese salvataje.
Y lo cierto es que, según las primeras encuestas, los resultados no parecieran favorecer al oficialismo. El mercado ya empieza a descontar que el Gobierno no tendrá la fortaleza política necesaria para sostener el rumbo económico actual. Por eso, el riesgo país vuelve a subir: porque crece la sospecha de que la ayuda de Estados Unidos podría no concretarse nunca.
De todas formas, hay que tener en claro algo: incluso si ese salvataje llega, solo servirá como puente temporal. Tarde o temprano, el Gobierno tendrá que resetear su programa monetario y cambiario. Eso podría implicar dejar flotar el dólar (es decir, que suba hasta el nivel que marque el mercado) y, probablemente, aplicar algún tipo de restricción cambiaria más suave que el cepo anterior.
Pero nada de esto cierra si no se reestructuran algunos vencimientos de deuda del próximo año y del siguiente. No es descabellado pensar en una nueva reestructuración de deuda argentina. Y, de suceder, el mercado preferiría que la haga este equipo económico, porque mantiene lazos muy cercanos con los principales bancos acreedores y, en teoría, podría negociar una reestructuración más “amigable”.
¿Y qué significa todo esto para tu negocio o tu pyme?
En lo inmediato, lo más probable es que veamos nuevos aumentos de precios. Por un lado, para ajustar al último movimiento del dólar (oficial y paralelos, que volvieron a separarse esta semana). Y por otro, como cobertura frente a una posible nueva devaluación una vez que pasen las elecciones.
El escenario de los próximos meses no es sencillo: más incertidumbre financiera, riesgo de nuevas turbulencias cambiarias, probables subas de precios y, con todo esto, caída en el poder adquisitivo de la gente. ¿La consecuencia? Menos ventas.
No parece que vayamos a tener un fin de año ni un verano tranquilo en nuestro país. Conviene ser cautos, administrar con cuidado y esperar a ver cómo se acomoda el tablero político y económico después de octubre.
Veremos cómo sigue. Te seguimos contando la Economía sin vueltas acá, en Econopyme.com